domingo, 25 de enero de 2015

One song #3

Tove Lo- Habits


Twenty-something


How many tongues, hands, cum, hair, lips. The rush of love and desire, the rush of the young. The heat, the sweat, boys, boys, boys. There's a lonely girl inside me, please kill her with shallow companies. Tongues, beards, cocks, hands, words, eyes. One scream: Please don't. One scream: YES! 

My head is blurry my feelings are gone. More, I need more. One guy one hour he's gone, one guy... don't go, I don't wanna be alone. Hands, tongues, drugs, lips, feet. The alcohol is rising the pain is leaving. Hands, arms, eyes, sweet words. I think I'm gonna cry. Love, love, love, NO! Another kiss, another guy, I scream. The music is loud.

I'm naked again. Take me home, leave me alone. Drugs, hands, wasted youth, the flesh is strong the memory is weak. GUTS! Yours, mine, there's no ours. Alone, I think I'm gonna cry. Do you like me? Do I like me? Hair, lips, kisses, voices. There's no more, I need more. 

I'm not a slut. Am I?
Please love me
Please stay
Please stop
No more, no more, no more.
You, I, us.
I think I'm gonna die. 

lunes, 11 de febrero de 2013

About Him #1



 No lo conozco. Sé mucho de él pero no lo conozco. No conozco su voz, su olor o su tacto. No sé a que saben sus miradas. Nunca me sentí intimidada por su presunta inteligencia u ofendida por su negligencia. Jamás fui testigo de ese dejo de misantropía de la que era víctima.

 Supongo que si quisiera podría recordarlo todo pero no quiero, me da miedo. No quiero recordar la última vez que lo vi y al mismo tiempo lo deseo tanto.


jueves, 7 de febrero de 2013

Trato de no alienarme.


 Desde mi departamento puedo oír los coches pasar sobre Tlalpan, van rápido naturalmente. Son las tres de la mañana de un viernes cualquiera. Aquí a diferencia de mi antigua casa no se escucha el viento ni los árboles, solo autos. De vez en vez personas perdidas a estas horas teniendo conversaciones consigo mismas. Son las tres de la mañana y ya todos están dormidos porque mañana es un día importante, supongo. Supongo que para alguien mañana es un día importante, pero no para mi, llevo meses sin que algún día sea un día importante. Ya todo es lo mismo. Y con eso quiero decir que todo siempre es tan diferente que ya no me sorprende au contraire de las otras personas que están inmersas en la cotidianidad y cualquier hecho fuera de su rutina les parece sorprendente. Siento pena por ellos tantas cosas por hacer que al final no hacen nada. Vivimos en la época donde el tiempo nos come y nosotros le dejamos. 
 Ya no creemos en el amor eterno ni en Dios, nos burlamos de todo aquello que no sea científicamente comprobable y alabamos a los que juegan con nuestro bolsillo y nuestros sueños. Somos ridículos, ridiculisimos. 
 Yo solo me siento y observo. Empezando por mi obviamente, siempre hay que empezar a observar por uno mismo sino la cosa no funciona, pierde sentido, estabilidad, objetivo. Y si pasa eso el perdido eres tú. 
 Mi psiquiatra dice que sufro de ansiedad y que es por eso que cambio de tema constantemente y también es por ello que no puedo terminar mis ideas y la verdad es que está muy equivocado. Es el siglo XXl y todos sufrimos de ansiedad y yo siempre termino mis ideas pero en mi cabeza. ¿Para qué llenarlo de reflexiones propias? ¿Para qué? Al principio trataba de explicárselo ahora solo sonrió, asiento y finjo que no me doy cuenta cada vez que ve mi escote o mis piernas. No lo culpo, a veces ni yo puedo dejar de verlas y es que son tan largas.
 Debería escribirle a mi madre y decirle que la quiero. Debería hacerlo,pero no lo haré porque tiendo a dar por sentado a las personas. Debo cambiar eso. Pero como también tiendo a procrastinar mucho, lo dejaré para mañana. Y también mañana limpiaré la casa y leeré un poco. Quizá hasta me atreva a hornear un pastel. Quien sabe mañana pueden pasar un montón de cosas. Y en caso de que no pasé nada igual pasará el tiempo y eso ya es bastante ¿No creen?





jueves, 8 de noviembre de 2012

Ando Tortugueando 1




Octubre: La llegada del otoño.
Octubre siempre ha sido un mes de transición para mi, nunca me ha importado mucho y nunca me había dejado tanto.
Este octubre fue diferente. Este octubre me enseño todo. 
¿Qué hice todo el mes de octubre? La respuesta es la mejor parte: Cuidar tortugas. ¿Qué, cómo, qué? Sí, vatos. Cuidar tortugas. 

 No puedo explicar todo en un solo post, nadie lo leería, igual nadie lo lee pero sí alguien lo leyera no lo haría porque sería un post muy largo. Así que dejemos de lado esta horrible cacofonía y pasémosle a lo barrido. 


Parte 1. De como fui a dar a Quintana Roo y como según yo superaría al amor.

  Este año ha sido todo lo que NO debía ser (por suerte), abandoné la carrera, corté con mi novio, comencé a tener una relación con mi madre y mi abuela, bueno, infinidad de cosas que no estaban planeadas y que ocurrieron todas de trancazo. 
   Por ahí del mes de abril Andehui, o sea yo, decidió que su pasión era actuar y que llevaba casi dos años haciéndole a la mamada estudiando diseño industrial. Deje la escuela, deje a mi familia con la boca abierta y comencé, según yo, a prepararme para mis exámenes de admisión a la carrera de actuación. En julio cuando ya había fallado uno de ellos (porque estaba bien cabrón, la neta) la idea de entrar a una escuela privada comenzaba a verse poco atractiva en mi cabeza, igual me presenté a mis exámenes e hice todo como debía hacerlo aunque siempre con esa pequeña voz susurrante que me decía "no lo hagas, sé libre un rato". 
Y yo negándome a la idea de ser "nini" y cediendo a la presión social continué mi camino. El 3 de septiembre se decidió todo. No me aceptaron. Me sentí mal, muy mal como si me hubieran despojado de mis sueños, como sí mi vida se hubiera acortado un poco, mal pues, de la chingada. Lo bueno fue que solo me duró unos minutos, pero fueron unos minutos muy deprimentes. Terminados estos pensé "A ver Ande, ¿Qué es lo que siempre has querido hacer y nunca has podido por estar en la escuela?" Uta, ni a un japonés en ácidos se le podrían haber ocurrido tantas cosa, pero de todas las ideas la menos loca y la más barata era aplicar para un voluntariado en Tulum de cuidado de tortugas marinas así que lo hice, me aceptaron, mandé mis papeles, compré mi boleto y me fui. 

 Y debo admitir, tristemente, que es de las cosas más locas que he hecho en mi vida. Irme sola, a otro estado, sin la más puta idea de a que chingados iba, con quien o en donde iba a vivir ni nada. Me fui en blanco. A mi abuela casi le da el soponcio, a mi madre pues prácticamente le dio igual, hasta que supo que tenía que pagar los viáticos y mis amigos pues solo me vieron con cara de extrañeza y un poco de reprobación "pinche nini" a fin de cuentas.  

 La neta semanas antes estaba que me cagaba de miedo además de que tenía atorada la espinita de ese ex novio que recientemente me había roto el corazón y por el cual aún lloraba, llamémosle Abelardo, sí como el de plaza sésamo. Ese chico, tan lindo que sin querer mastico y escupió mi corazón y que yo aún, sí aún, extraño. Bueno el punto es que Abelardo y yo no nos estábamos hablando y yo lo lloraba en silencio y deseaba con todas mis ganas que me marcara y me dijera que me amaba y fuéramos felices para siempre. Así que cuando supe que me iba a ir un mes a Fucking Quintana Roo donde igual y ni tenía señal de teléfono lo tomé como una señal del destino para poder digerir los restos de mi última relación amorosa. Porque además cabe destacar que soy una dramática de lo peor, sí de esas que corta con alguien y le escribe cartas y le dedica canciones y llora hasta las tres de la madrugada pero no se digna a llamar por teléfono porque "sí me quiere me buscará" y otras patrañas femeninas. En fin... dicho todo esto tenemos que me fui a Quintana Roo hecha un manojo de sentimientos: estaba la emoción de empezar esa nueva aventura y conocer gente y ver hermosas y pequeñas tortugas, estaba el terror de que no me adaptara, no me gustará y sufriera durante todo un mes, tenía el corazón un poco magullado y la mente un poco turbia. A todo eso súmenle que nunca antes había viajado sola, así que llegue al aeropuerto con una maleta de 15 kilos y me quedé ahí estupefacta, una porque no sabía a donde ir y dos porque "Santo Cielo Andehui ¿Qué madres estás haciendo?" cuando reaccioné lo primero que hice fue cambiarme de ropa y esperar. Y mientras esperaba desfilaban ante mi hermosas mujeres de todo el mundo, hermosas mujeres en bikini. Lo cual me hacía sentir un poco mal la verdad porque las veía y me veía y era como "Nada, no tengo nada" Y todos mis pequeños complejos empezaron a salir uno a uno, que si no tengo chichis, que si no tengo nalgas, que si mis piernas están bien flacas, que mira a esa italiana, esa alemana, esa argentina. ¡Chanfles! Ahora que recuerdo esperar en el el ADO de Playa del carmen fue algo muy poco alentador. Después de 20 minutos de sudar como cerdo y llorar en silencio mi falta de carnes llegó mi primo por mi y nos fuimos a su casa. No hice mucho ese día ya que al siguiente me iba al campamento así que solo recorrí "La quinta avenida" vi el mar y recé porque todo saliera bien. Y así fue todo salió hermosamente bien.

NOTA: LA MAYORÍA DE LAS COSAS AQUÍ REDACTADAS SON UNA EXAGERACIÓN. OTRAS SOY SOLO YO. 

martes, 6 de noviembre de 2012

Pequeñas Manías.



Me gusta definir una pequeña manía como aquello que no puedes dejar de hacer o comprar, como aquellos vicios que ni te destruyen ni te hacen más fuerte. Solo te mantienen, como un tic en el ojo cuando estás nervioso, todos pueden verlo y tu no puedes evitarlo.
 Una pequeña manía es eso: Pequeña. 
Casi no tiene valor, casi nadie le presta atención, poquito más y podrías dejar de hacerlo pero no puedes, porque no es tan grande como para darle importancia, es pequeña, puedes con ella y si tu puedes con ella ¿Por qué los demás no? Así que ahí la dejas.

 Las pequeñas manías no se acumulan, no crecen, no nada. Solo están ahí intactas, esperando que alguien las descubra. Yo tengo unas cuantas como comprar aretes de cada lugar que visito o coleccionar vacas tampoco puedo dormir si la puerta del closet esta abierta. Pero eso a nadie le importa, en realidad mis manías no son nada, en una de esas son solo un espejismo de algún trauma ahogado por los años, en una de otras son solo un capricho por querer ser más interesante. Honestamente no me importa ni quiero saberlo. A fin de cuenta mis pequeñas manías me gustan, me gustan porque son mías, me gustan porque a pesar de todo sí son mías. Y aunque no lo fueran me seguirían gustando.




domingo, 29 de julio de 2012

París


 Lo sé, todos tenemos una historia que contar. Generalmente mala, muy mala. Todos menos yo, mi historia además de ser encantadora es extremadamente divertida. Trata de una niña un poco torpe un poco lista, nada fea pero no muy bonita. Le gusta jugar y cantar y odia meterse a bañar. Su nombre es París. 
  París tiene 5 años habla 4 idiomas y mide 20 cm. Una altura poco común en niñas de su edad. Tiene tres pecas en cada mejilla y dos en la nariz, ojos café claro y cabello negro y lacio. Le gustan los días de lluvia y comer aceitunas con pan. Odia el color naranja y los programas de noticias. 
  París tiene dos muñecas: Pipa y Lulú. Colecciona crayones azules y aretes sin par. Le gusta usar vestidos con lunares y zapatos de charol. Escribe poesía y canta música pop. Sus mascotas son un gato y un pato, Gustavo y Eduardo. Su mejor amiga se llama Mía y es una persona muy aburrida. 
 París sueña con ser mecánica y tal vez médico cirujano. Se imagina siendo rica y viviendo en Australia. Cada mañana toma un vaso de leche y dos de agua. Y antes de dormir da brincos altísimos, dice que así descansa mejor. 
 París tiene un sueño: Ser más alta.
 París tiene una meta: Ir a la Luna.
 París tiene un problema: Es invisible.
 París tiene un deseo: Existir.